DÍA
ME LLAMO
MI SEÑO
9 DE JULIO - SOMOS INDEPENDIENTES
Los hombres de la Revolución de Mayo habían conseguido
declarar nuestro Primer Gobierno Patrio y, aunque esto había sido un gran paso
para convertirnos en una Nación, con el correr de los años la situación había
cambiado. El rey de España Fernando VII nuevamente en su trono intentaba
recuperar sus colonias. Nuestra Libertad se encontraba en peligro y, por ello,
las Provincias Unidas convocaron a un Congreso donde se tomarían decisiones
importantes al respecto. El 24 de marzo del año 1816, los treinta y tres
diputados, representantes de la mayoría de las provincias, comenzaron las
sesiones en las cuales tratarían el siguiente listado con las "materias de
primera y preferente atención para las discusiones y deliberaciones del
Soberano Congreso”: -La necesidad de fortalecer la unión entre las provincias
para enfrentar a los realistas. -Declarar nuestra Independencia. -Elegir y
establecer la forma de gobierno que era más adaptable y conveniente para hacer
prosperar a las Provincias Unidas. -Elaborar un proyecto de Constitución.
-Preparar un plan de arbitrios permanentes para sostener la guerra por la
libertad común, mientras dure, y proporcionar armamento para las milicias
nacionales. El 9 de julio, el Congreso decidió y declaró por unanimidad la
Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El acta con dicha
declaración fue impresa y difundida por todo el país. Unos días después, se
modificó el acta original, agregándose a la misma que, además de España,
también éramos independientes de cualquier otra dominación extranjera. Desde el
día 12 de julio, se inició la discusión sobre la forma de gobierno. Un grupo
quería establecer un gobierno republicano; otros consideraban que la mejor
opción era la monarquía constitucional, una forma de gobierno muy habitual para
esa época. El tema quedó sin resolver. Desde febrero del año 1817, el Congreso
se mudó a Buenos Aires y allí continuó con las sesiones, muchas discusiones y
pocos acuerdos, como por ejemplo, el de la Constitución, que tuvo que esperar
hasta el año 1819.
Construir una Nación libre e independiente no fue nada
sencillo. Hubo muchas discusiones, desacuerdos, enfrentamientos y peleas, pero
lo importante es que estos hombres, a pesar de las dificultades, siempre
siguieron adelante guiados por su profundo amor a la Patria y el deseo de vivir
en libertad y con independencia
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